Uno nunca apreciará el significado de cabal de la palabra "libre" en la libre empresa hasta que se la arrebate uno.

Yo lo sé, porque en 1959 mi padre era un comerciante exitoso en Cuba cuyo patrimonio sumaba más de 20 millones de dólares. Cuando Fidel Castro y su gobierno comunista se apoderó del país, mi padre fue obligado a escapar de la noche a la mañana con sólo la ropa que tenía puesta.

Les comento esto porque veo a millones de mis con-ciudadanos dejando pasar desapercibido el sistema de la libre empresa, ¡y esto rompe mi corazón!

La triste verdad es que las personas del continente Americano se han condicionado a sí mismos para creer en un movimiento que es casi igual de peligroso al comunismo. Yo lo llamo el emple-ismo.

Escribí este libro para retar a los empleados insatisfechos en el continente americano para que se animen a ser dueños de sus propias vidas nuevamente y de un negocio... sin tener que preocuparse nunca jamás por un jefe que les esté respirando en la nuca.